(Advertencia: la siguiente crítica revela parte de la trama de la película)
Debo
empezar confesando que esta película fue la que me llevó a escribir
este blog. Quizá se pregunten: "¿Qué? ¿Acaso te pareció tan buena/mala
que te movió a escribir una crítica favorable/desfavorable hacia ella?"
No. No es tan buena, ni tampoco es tan mala. Es sólo que me hizo
descubrir algo que no me había dado cuenta nunca sobre el cine. Digo,
está ahí, pero es difícil verlo así, tan palmariamente. Y es algo que
llamaré: el "corpus". Sobre ello, más que sobre la película, es sobre lo
que quiero hablar en esta crítica en particular. Pero primero hablemos
un poco sobre ella.
Esta
película, Tokarev, más tarde renombrada Rage, y conocida en ciertos
sectores del mundo hispanohablante como Furia Implacable, es un "típico"
film de mafias y venganzas. Estrenada en el año 2014 y dirigida por el
español Paco Cabezas, no se puede decir que desborde ingenio y brillo;
pero tampoco se la puede castigar tanto como he visto que hicieron
ciertos críticos. Prefiero seguir llamándola Tokarev, ya que me parece
que es el elemento clave de la película.
Actúa
el hipergestual Nicolas Cage, y otros actores que no aportan demasiado a
la película. En pocas palabras, son bastantes acartonadas las
actuaciones. Aparece (para los nostálgicos) un Danny Glover, que no
aporta demasiado brillo tampoco.Las peleas no son gran cosa, ni las
persecusiones tampoco.
"¿Y
entonces por qué decís que no hay que castigar tanto a esta película?".
Sucede lo siguiente. La película comienza con la presentación de los
personajes. Un antiguo asaltante (Nicolas Cage) devenido en un buen
hombre de la comunidad, con una hija adolescente y una esposa (que, por
cierto, no es la madre de la chica). Este buen hombre sale a cenar con
su esposa, mientras su hija se queda en casa pasando un inocente momento
con unos amigos. Ahora bien, esta cena se ve interrumpida cuando van a
comunicarle que algo malo ha sucedió con su hija. Vamos, que la
secuestraron. Los compañeros de la chica están todos golpeados y le
narran cómo unos secuestradores encapuchados ingresaron, forzando la
puerta, y se llevaron a la chica. "¿Acaso tu crítica se basa en una
narración completa de la película?" Tranquilos que quiero llegar a un
punto en concreto. Allí empieza una situación en la que este buen hombre
no sabe qué hacer. La esposa le dice que haga todo lo que tenga que
hacer; y lo deja bien en claro: ¡todo!. Ni lerdo ni perezoso va en busca
de un par de antiguos compañeros de pecados, y les pide que empiecen a
sacudir algunas jaulas, buscando información acerca de la hija. Estos
dos amigos de Nic no son ningunos nenes de pecho, y comienzan a tirar
piñas a diestra y siniestra pero no obtienen nada. Días después, la
chica es encontrada muerta. Empiezan a pensar que fue por una venganza,
que no fue por dinero, ya que nunca lo solicitaron. ¿Pero quién? Si él
estaba retirado de los negocios oscuros desde hace 15 años. Pues fácil,
pongamos un poco de estereotipo xenófobo, y que comiencen las opciones:
entonces se preguntan si habrán sido puertorriqueños, chinos,
mexicanos, rusos. En fin. El informe de balística asevera que la bala
con la que mataron a la chica pertenece a un arma rusa, una Tokarev, que
estaba relacionada con unos crímenes de hace un tiempo. Bien. Eran los
rusos entonces. ¿Pero por qué? Y entonces recuerdan que un día, hace
mucho tiempo, ellos (Nic y sus dos compinches) habían asesinado al
hermano del capo de la mafia rusa para robarle un dinero. "¡Listo! ¡Eran
ellos los que le mataron la hija!" Momento. Falta un pequeño detalle.
El capo de la mafia nunca se había enterado que habían sido ellos los
que asesinaron a su hermano. O sea, que alguien los delató.
¿Complicado
de entender? Pues no. En la película se presenta toda esta situación de
una manera más simple y comprensible que lo que lo estoy haciendo yo.
Pero ese momento es importante. Entonces recién ahí comienza la
verdadera película de género. De género mafioso, como tantas que hay. Y
se recorren todos y cada uno de los lugares comunes (bueno, no todos; en
este momento se me ocurren varios que no utilizaron). Se comienzan las
persecusiones, las llegadas intempestuosas a los centros de negocios de
la mafia, tiros por aquí, patadas por allá, venganza por aquí, venganza
por allá. "O sea, ¿es lo mismo que cualquier otra trillada película de
mafia?" ¡No! Ahí está lo valioso de esta película. Paco Cabezas nos está
haciendo caer dentro de la inercia del "corpus". "¡¿Pero qué es el
corpus del que tanto hablás?!". Ahora lo diré.
En
Derecho, la interpretación de una ley no se puede hacer tomando al
texto de la norma de manera aislada. "¿Te equivocaste de blog? Éste es
de cine, no de Derecho". Quiero explicar algo. Tranquilos. Decía, antes
de que me interrumpieran, que en Derecho, cuando se realiza la
interpretación de una ley, no se puede hacer ello tomando el texto de la
misma de manera aislada. Se lo debe conjugar con todo el sistema
normativo en donde ella está inscripta. Ese sistema es el que va a
permitir al intérprete (juez, abogado, etc.) poder "extraer" el sentido
real de lo que quiere decir la ley, ya que todo ese sistema normativo va
a evidenciar cuáles son los valores más importantes a proteger, cuál es
el sentido de la estructura normativa, y va a impedir (teóricamente)
que se produzcan inconsistencias en las normas al ser éstas
interpretadas. Ese conjunto normativo en donde está inserta la ley en
particular es el "corpus". Este película, Tokarev, me abrió los ojos
sobre que también existe un "corpus" en el cine. Y específicamente en lo
que respecta a este film, un corpus sobre películas de mafias y
venganzas. Y es con eso que juega Paco Cabezas. Nunca antes yo había
visto algo así. Pone a funcionar todo el engranaje del "corpus" de las
películas de mafias y venganzas. Y terminan (casi) todos muertos. Pero
uno ve que se sigue esa "típica" línea de film de mafia, pero no está
conduciendo a ningún lado. Una tiene una expectativa, creada luego de
ver interminables réplicas que sólo difieren en los actores y en los
nombres de los personajes, una y otra y otra y otra vez. Uno tiene
creado ese "corpus" en la mente. Y Paco Cabezas lo sabe. Por eso uno se
siente extraño al ver que el siguiente paso (que nos indica el "corpus")
no puede ser dado. Y al final nos damos cuenta (al mismo tiempo que
Nic) que todo lo del secuestro era una mentira de los amigos de la hija.
Que jugando con un arma accidentalmente la habían matado ellos a la
chica. Esta arma, una Tokarev, era una que él tenía guardada de cuando
robó, asesinó (y le quitó esta arma) al hermano del capo mafia ruso. Y
allí todo encaja, y toda la estructura del "corpus" con el que jugó Paco
Cabezas, mientras se ríe de nosotros, la hace trizas en un segundo. Nos
muestra una cosa y nosotros (acostumbrados a la estructura) seguimos
inconscientemente, para luego el director mostrarnos que no tenemos que
seguir caminos sin razonar y por pura repetición. Allí está el valor de
la película. En el juego que realiza con el "corpus" de las películas de
mafia y venganzas. Allí está lo (¿único?) rescatable de este film. Y
ello fue lo que me impulsó a escribir este blog (que espero continuar de
ahora en más), ya que no encontré que nadie se diera cuenta de ello.
Del juego al que somos sometidos al ver esta película.
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