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lunes, 11 de enero de 2016

Tokarev (Rage) - Paco Cabezas (2014)

(Advertencia: la siguiente crítica revela parte de la trama de la película)

Debo empezar confesando que esta película fue la que me llevó a escribir este blog. Quizá se pregunten: "¿Qué? ¿Acaso te pareció tan buena/mala que te movió a escribir una crítica favorable/desfavorable hacia ella?" No. No es tan buena, ni tampoco es tan mala. Es sólo que me hizo descubrir algo que no me había dado cuenta nunca sobre el cine. Digo, está ahí, pero es difícil verlo así, tan palmariamente. Y es algo que llamaré: el "corpus". Sobre ello, más que sobre la película, es sobre lo que quiero hablar en esta crítica en particular. Pero primero hablemos un poco sobre ella.

Esta película, Tokarev, más tarde renombrada Rage, y conocida en ciertos sectores del mundo hispanohablante como Furia Implacable, es un "típico" film de mafias y venganzas. Estrenada en el año 2014 y dirigida por el español Paco Cabezas, no se puede decir que desborde ingenio y brillo; pero tampoco se la puede castigar tanto como he visto que hicieron ciertos críticos. Prefiero seguir llamándola Tokarev, ya que me parece que es el elemento clave de la película.

Actúa el hipergestual Nicolas Cage, y otros actores que no aportan demasiado a la película. En pocas palabras, son bastantes acartonadas las actuaciones. Aparece (para los nostálgicos) un Danny Glover, que no aporta demasiado brillo tampoco.Las peleas no son gran cosa, ni las persecusiones tampoco. 

"¿Y entonces por qué decís que no hay que castigar tanto a esta película?". Sucede lo siguiente. La película comienza con la presentación de los personajes. Un antiguo asaltante (Nicolas Cage) devenido en un buen hombre de la comunidad, con una hija adolescente y una esposa (que, por cierto, no es la madre de la chica). Este buen hombre sale a cenar con su esposa, mientras su hija se queda en casa pasando un inocente momento con unos amigos. Ahora bien, esta cena se ve interrumpida cuando van a comunicarle que algo malo ha sucedió con su hija. Vamos, que la secuestraron. Los compañeros de la chica están todos golpeados y le narran cómo unos secuestradores encapuchados ingresaron, forzando la puerta, y se llevaron a la chica. "¿Acaso tu crítica se basa en una narración completa de la película?" Tranquilos que quiero llegar a un punto en concreto. Allí empieza una situación en la que este buen hombre no sabe qué hacer. La esposa le dice que haga todo lo que tenga que hacer; y lo deja bien en claro: ¡todo!. Ni lerdo ni perezoso va en busca de un par de antiguos compañeros de pecados, y les pide que empiecen a sacudir algunas jaulas, buscando información acerca de la hija. Estos dos amigos de Nic no son ningunos nenes de pecho, y comienzan a tirar piñas a diestra y siniestra pero no obtienen nada. Días después, la chica es encontrada muerta. Empiezan a pensar que fue por una venganza, que no fue por dinero, ya que nunca lo solicitaron. ¿Pero quién? Si él estaba retirado de los negocios oscuros desde hace 15 años. Pues fácil, pongamos un poco de estereotipo xenófobo, y que comiencen  las opciones: entonces se preguntan si habrán sido puertorriqueños, chinos, mexicanos, rusos. En fin. El informe de balística asevera que la bala con la que mataron a la chica pertenece a un arma rusa, una Tokarev, que estaba relacionada con unos crímenes de hace un tiempo. Bien. Eran los rusos entonces. ¿Pero por qué? Y entonces recuerdan que un día, hace mucho tiempo, ellos (Nic y sus dos compinches) habían asesinado al hermano del capo de la mafia rusa para robarle un dinero. "¡Listo! ¡Eran ellos los que le mataron la hija!" Momento. Falta un pequeño detalle. El capo de la mafia nunca se había enterado que habían sido ellos los que asesinaron a su hermano. O sea, que alguien los delató. 

¿Complicado de entender? Pues no. En la película se presenta toda esta situación de una manera más simple y comprensible que lo que lo estoy haciendo yo. Pero ese momento es importante. Entonces recién ahí comienza la verdadera película de género. De género mafioso, como tantas que hay. Y se recorren todos y cada uno de los lugares comunes (bueno, no todos; en este momento se me ocurren varios que no utilizaron). Se comienzan las persecusiones, las llegadas intempestuosas a los centros de negocios de la mafia, tiros por aquí, patadas por allá, venganza por aquí, venganza por allá. "O sea, ¿es lo mismo que cualquier otra trillada película de mafia?" ¡No! Ahí está lo valioso de esta película. Paco Cabezas nos está haciendo caer dentro de la inercia del "corpus". "¡¿Pero qué es el corpus del que tanto hablás?!". Ahora lo diré. 

En Derecho, la interpretación de una ley no se puede hacer tomando al texto de la norma de manera aislada. "¿Te equivocaste de blog? Éste es de cine, no de Derecho". Quiero explicar algo. Tranquilos. Decía, antes de que me interrumpieran, que en Derecho, cuando se realiza la interpretación de una ley, no se puede hacer ello tomando el texto de la misma de manera aislada. Se lo debe conjugar con todo el sistema normativo en donde ella está inscripta. Ese sistema es el que va a permitir al intérprete (juez, abogado, etc.) poder "extraer" el sentido real de lo que quiere decir la ley, ya que todo ese sistema normativo va a evidenciar cuáles son los valores más importantes a proteger, cuál es el sentido de la estructura normativa, y va a impedir (teóricamente) que se produzcan inconsistencias en las normas al ser éstas interpretadas. Ese conjunto normativo en donde está inserta la ley en particular es el "corpus". Este película, Tokarev, me abrió los ojos sobre que también existe un "corpus" en el cine. Y específicamente en lo que respecta a este film, un corpus sobre películas de mafias y venganzas. Y es con eso que juega Paco Cabezas. Nunca antes yo había visto algo así. Pone a funcionar todo el engranaje del "corpus" de las películas de mafias y venganzas. Y terminan (casi) todos muertos. Pero uno ve que se sigue esa "típica" línea de film de mafia, pero no está conduciendo a ningún lado. Una tiene una expectativa, creada luego de ver interminables réplicas que sólo difieren en los actores y en los nombres de los personajes, una y otra y otra y otra vez. Uno tiene creado ese "corpus" en la mente. Y Paco Cabezas lo sabe. Por eso uno se siente extraño al ver que el siguiente paso (que nos indica el "corpus") no puede ser dado. Y al final nos damos cuenta (al mismo tiempo que Nic) que todo lo del secuestro era una mentira de los amigos de la hija. Que jugando con un arma accidentalmente la habían matado ellos a la chica. Esta arma, una Tokarev, era una que él tenía guardada de cuando robó, asesinó (y le quitó esta arma) al hermano del capo mafia ruso. Y allí todo encaja, y toda la estructura del "corpus" con el que jugó Paco Cabezas, mientras se ríe de nosotros, la hace trizas en un segundo. Nos muestra una cosa y nosotros (acostumbrados a la estructura) seguimos inconscientemente, para luego el director mostrarnos que no tenemos que seguir caminos sin razonar y por pura repetición. Allí está el valor de la película. En el juego que realiza con el "corpus" de las películas de mafia y venganzas. Allí está lo (¿único?) rescatable de este film. Y ello fue lo que me impulsó a escribir este blog (que espero continuar de ahora en más), ya que no encontré que nadie se diera cuenta de ello. Del juego al que somos sometidos al ver esta película.





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